Por Magdalena García Pena.
Vuelven a
ganar popularidad los “talk shows” sobre la resolución de conflictos
cotidianos que rozan lo bizarro. “Imputados”, “El Show del Problema” y “Caso
Cerrado” son las nuevas propuestas de la pantalla local.
Los
primeros años del 2000 trajeron a la pantalla nacional una serie de programas
del género “talk show” que dejaron una huella bizarra en televisión
argentina. El fenómeno mediático de “Zap” conducido por Marcelo Polino, los
dramas familiares y de pareja tratados en “Hablemos con Lía” o la
espectacularización de la justicia con el abogado Mauricio D’Alessandro en “La
Corte” pasaron a la historia por las situaciones insólitas y
ridículas que tenían lugar en sus emisiones.
Este
último marcó un hito en la televisión local y hoy, casi 15 años después, vuelve
a la pantalla de América bajo el nombre “Imputados”, sumándose a la ola de
programas que hacen de los conflictos cotidianos un show.
D’Alessandro
vuelve a la conducción con el mismo rol de mediador entre los participantes del
ciclo que ahora produce Endemol. Continúan las disputas, el drama y las
sobreactuaciones de los imputados que se podían ver en “La Corte”, pero ahora
se suman abogados defensores y un jurado que reemplaza el rol que D’Alessandro
tenía en la resolución del conflicto. Además, en algunas emisiones, el foco
está puesto en conflictos que involucran figuras públicas, como fue el episodio
“Maradonianos vs. La prensa” respecto del conflicto entre el
futbolista y los medios.
Desde
Estados Unidos llegó “Caso Cerrado”, el talk show de Telemundo
conducido por la abogada cubana Ana María Polo que se emite por Telefé
desde septiembre. La abogada oficia de jueza para resolver conflictos marcados
por lo extravagante, lo excéntrico y lo dramático que involucran
traiciones entre amigas, engaños de pareja y hasta conflictos por el juego
Pokemon Go.
Abundan
los contenidos violentos, sexuales, el lenguaje grosero y el maltrato entre los
participantes, entre otros disvalores. A pesar de todo esto, su rating muestra
buena aceptación por parte de la audiencia argentina y Telefé decidió
exprimirlo al máximo, sumando “Caso Cerrado, Sin Censura” de lunes a jueves por
la noche. Para esta edición se reservan los casos cuyo contenido es no apto
para todo público.
Otra
versión de esta moda televisiva es “El Show del Problema”. Canal 9 apostó por
el periodista Nicolás Magaldi para la conducción, en lugar de la clásica figura
del abogado. Este ciclo se orienta a conflictos domésticos, como el de una
pareja que debatió la presencia del perro en la cama a la hora de dormir. A
través de pruebas, testigos y opiniones de expertos en las temáticas, integrado
con una alta dosis de show, el conflicto se va desarrollando hasta
llegar a una solución para ambas partes. El ciclo se destaca por sumar recursos
tecnológicos durante el programa: a través de una pantalla se van conociendo
las distintas opiniones del público presente.
La
justicia y la resolución de conflictos van tomando terreno en la TV, pero
lamentablemente a costas de la calidad de su contenido. En lugar de primar
el deseo de justicia o de hacer el bien, toman más protagonismo las razones de
los casos como las infidelidades, los malos tratos, abusos, violencia o
simplemente banalidades.
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