jueves, 31 de agosto de 2017

El conductor del entretenimiento


Por Alfredo Solari.


Pocos son los ejemplos tan claros de autocreación de un perfil artístico como es el caso de Julián Weich. Las carreras artísticas, por lo general, son zigzagueantes, cambiantes, polimórficas. Es claro que muchos artistas logran crearse un perfil propio, pero muchas veces ello está más relacionado con el encasillamiento de los productores y del público que del resultado de un objetivo buscado y pensado.

Julián Weich es la excepción. Comenzó su recorrido artístico como actor (que lo sigue siendo) en recordados programas como “Pelito”, “Clave de Sol” y mucho después en la exitosa “Banda del Golden Rocket”. Pero el cambio radical, ese que lo separó del resto y lo hizo una individualidad fue sin duda el programa infantil “El agujerito sin fin”. Y ahí empezó otra historia, otra carrera. Se presentó esa posibilidad, sin duda fruto del talento, que se combinó con la inteligencia. Esa inteligencia de darse cuenta de que la cosa venía por ahí.

Fue así que aparecieron “Sorpresa y media” y “Fort Boyard”. Esa animación para chicos creció hasta llegar a toda la familia. El entretenimiento se mezcló con calidez, el humor y en el caso de “Sorpresa y media” con un sentimentalismo que cambió la televisión argentina y se quedó por muchos años. Sueños imposibles cumplidos en vivo excedieron ese solo ciclo. Julian Weich se transformó en la cara de UNICEF siendo el conductor, durante diez años del programa “Un sol para los chicos”, evento anual televisado en Argentina, emitido y realizado por Canal Trece junto con UNICEF.

Claramente, y tal vez sin darse cuenta, fue un innovador. Weich fue el conductor del primer reality show producido en la Argentina: “Expedición Robinson”. En ese entonces, año 2000, nadie se imaginaba que ese formato de competencia y de exposición permanente se iba a transformar en algo cotidiano para nosotros. Y ahí estuvo él también.

Le sucedieron muchos programas más. Todos de entretenimiento y para la familia, aunque algunos estaban dirigidos a un público más adulto y ambicioso, sobre todo luego de su paso a TELEFE. Tal fue el caso de “Trato hecho” y “Buena Fortuna”. Este cambio amplió su público, pero lo desvinculó con el ya tradicional programa ómnibus “Un Sol para los chicos” ya que UNICEF tenía un contrato de exclusividad con Canal 13 para su producción.

Sin dudas tanto Weich como el género de entretenimiento familiar fueron ícono de los noventa. Hoy por hoy la televisión es otra. El rating es otro. Y las sorpresas son más difíciles de encontrar por mitades. Esos grandes éxitos de formato de competencia entre ciudadanos comunes son difíciles de encontrar actualmente.

Julián Weich volvió a su Canal Trece natal en el año 2014 haciéndose cargo de la conducción de “Mi mamá cocina mejor que la tuya”, ciclo que nunca pudo ni acercarse a los números de rating de los famosos programas que supo conducir el actor.

¿Habrá, ahora en 2017, un resurgir de estos formatos? ¿Weich volverá al estrellato?

Actualmente está comenzando la segunda temporada de “Punto rojo”, el último programa de entretenimiento que condujo nuestro protagonista. La originalidad del caso es que éste es transmitido por la Televisión Pública, y a veces este dato nos distancia de un posible éxito comercial del ciclo. Lo cual, artísticamente hablando, tampoco sabemos si es tan importante.


Mientras tanto estos géneros siguen desarrollándose en canales como TELEFE y Canal Trece. ¿Serán Guido Kaczka (“Lo mejor de la familia”) o el Chino Leunis (“En qué mano está”) los sucesores del conductor del agujerito? ¡El que responda correctamente se hará acreedor del premio principal, no deje de participar y ya sabe siempre el mismo día y por el mismo canal!¿Trato hecho?

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